Y se convirtió en pesadilla

Lo que no te contaron sobre la RPE en el ciclismo

“Sus piernas le gritaban que no pensaban seguir adelante con aquella mierda de competición”

Stephen King; La larga marcha (1979)

En este correo te hablaré de cómo puede ser que, a pesar de que todo el mundo lleve potenciómetro en la bici, siguen y seguirán habiendo pájaras, explosiones y rendimientos que se salen de lo esperado, normalmente para mal aunque a veces para bien.

A muchos les molestará lo que voy a decir y otros levantarán sus cejas con escepticismo. Si es tu caso recuerda que puedes dejar de leer cuando quieras.

Y si a pesar de todo quieres tomar la pastilla roja de Morfeo, quédate conmigo.


Este artículo fue mandado por correo a mis suscriptores el 20 de julio de 2025.

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El medidor de potencia es la piedra angular del entrenamiento de ciclismo.

Punto.

La posibilidad de tener datos objetivos sobre el trabajo que producimos sobre la bicicleta (cuánta fuerza y a qué velocidad la aplicamos a los pedales) lo convierten en una herramienta de gran valor.

Pero tiene una cara B.

Si compras un cuchillo japonés muy afilado puedes filetear un atún, pero también te puedes cortar.

Si tienes el potenciómetro pero no entiendes mínimamente cómo funciona tu cuerpo, cómo afecta la fatiga, los elementos, etc. vas a pensar cosas como que el FTP son tus mejores 20 minutos descansado y multiplicados por 0,95 o que podrás replicar tus mejores 5 minutos en la última subida del día después de 3 horas a palos.

Lo parece un plan sin fisuras, termina convirtiéndose en una pesadilla.

La solución para muchos pasa por aprender a leer las señales que manda tu cuerpo.

Al fin y al cabo, este ya dispone de infinidad de sensores ¿o necesitas algún aparato que te diga cuándo tienes hambre, calor, sed o estás cansado?

Te estoy hablado de la percepción del esfuerzo, la cual, según varios estudios es una muy buena herramienta a la hora de regular el esfuerzo en ciclistas experimentados.

Sin embargo, todos sabemos que las sensaciones pueden ser traicioneras e incluso difíciles de interpretar o expresar.

Para estas situaciones se inventaron las escalas y los grados de percepción del esfuerzo, más conocido como RPE (Rate of Perceived Exertion).

Una de las más famosas es la CR10 del psicólogo sueco Gunnar Borg:

 

escala de borg original de 1982

Sin embargo, también es fácil malinterpretar estas tablas.

Me explico:

Cuando le damos un valor a algo, cuando lo etiquetamos, tendemos a anclarlo.

Por ejemplo, cuando elaboramos nuestra tabla de zonas de entrenamiento, relacionamos rangos de potencia o frecuencia cardíaca con un nivel X de esfuerzo percibido:

zonas coggan en training and racing with a power meter y entrenar con potenciómetro

Por ejemplo, según esta tabla, un esfuerzo en zona 5 – VO2max debe representar un 6 o 7 sobre 10 pero tu y yo sabemos que puede estar muy por arriba, sobretodo en una competición.

Lo cierto es que…

Todo esfuerzo puede llegar a ser máximo. Todo puede convertirse en RPE10. Lo fácil puede convertirse en pesadilla.

Ya lo exploró Stephen King en la novela que he citado al principio: La larga marcha.

¿Caminar te cansa? No demasiado, supongo. Entre 0,5 y 1 en la escala de Borg.

¿Y si te dijese que tú y otros 50 tipos tenéis que caminar sin parar hasta que sólo quede uno? Imagino que querrás ser tú y ya te aseguro que cuando lleves 24 horas habrás superado ampliamente ese 0,5 sobre 10… y eso sería sólo el principio.

No quiero chafarte el libro ni –me acabo de enterar– la película que saldrá este año, pero permite que te deje otro fragmento:

“Algunos de esos chicos seguirán caminando mucho después de que las leyes de la bioquímica y la capacidad física hayan saltado por la borda. El año pasado hubo un chico que gateó durante tres kilómetros, a seis kilómetros y medio por hora, antes de sufrir un calambre en ambos pies, ¿recuerdas haberlo leído en alguna parte? Mira a Olson: está agotado pero sigue adelante. Ese maldito Barkovitch funciona a base de odio de alto octanaje y sigue fresco como una rosa. No creo que yo pueda hacerlo así. No estoy cansado, no cansado de verdad… todavía. Pero lo estaré. ”

La vida real no suele ser tan dramática pero supongo que entiendes el concepto: la percepción del esfuerzo tampoco es la panacea.

Relacionamos una determinada percepción del esfuerzo con una zona de entrenamiento pero esto no es estático.

Es una guía, una aproximación, sobre cuál debería ser el esfuerzo a una determinada intensidad.

Por ejemplo, imagina que vas a competir en un gran fondo con tres puertos; uno al principio, uno a mitad de carrera y uno al final. Supongamos que tu plan es subir todos los puertos entre el 90 y el 95% de tu FTP.

Si hiciste bien el trabajo y la puesta a punto, quizá notes que “vas sin cadena” en el primero. La percepción del esfuerzo quizá sea baja respecto a los vatios que estás moviendo, el error en este caso, sería salirte del plan e ir por encima de lo planeado.

En el segundo, quizá ya concuerde tu percepción del esfuerzo y la potencia que mueves. Todo bien, un plan sin fisuras.

En el tercero y último, con toda la fatiga acumulada es fácil que todo empiece a complicarse. Los vatios que al principio del todo suponían un 3 o un 4, que deberían en todo suponer un 4 o un 5, ahora son un 7 o un 8 sobre 10. La decisión en este caso recae sobre ti ¿seguir apretando o hacer caso a las piernas y soltar un poco?

Es una respuesta difícil.

Hablaremos otro día sobre RPE, motivación y el cerebro reptiliano.

Me gustaría que, al menos hoy, te quedases con algo como esto:

La percepción del esfuerzo es una magnifica herramienta para regular el esfuerzo, pero puede volverse en nuestra contra si no sabemos interpretar referencias estáticas como la escala de Borg. La experiencia y el saber cómo interpretar y correlacionar las sensaciones con datos como la potencia y la frecuencia cardíaca son clave si quieres mejorar como ciclista.

Esta es mi opinión, espero que te sirva o al menos te haga reflexionar.

Y si lo que necesitas es alguien que te ayude con la toma de decisiones a la hora de entrenar, ya sabes que puedes contactar conmigo respondiendo este correo o escribiéndome por aquí.