La verdad es que hubiese sido algo muy loco.
Y es que creo que su filosofía de trabajo, al menos durante los inicios de su carrera, le hubiera permitido llegar muy alto en prácticamente cualquier deporte.
¿Todo esto lo digo en serio o es que me ha ido la cabeza?
Júzgalo tú mismo.
Lo que hoy te contaré no va sobre el VO2max o el FTP de la leyenda viviente del boxeo sino sobre un principio universal que podrás aplicar en tu día a día o al menos hará que cuestiones cómo estás enfocando la mejora de tu rendimiento.
Pero antes de continuar, debes saber que este artículo se publicó el 04 de diciembre de 2024 en mi newsletter. Te lo dejo aquí para que veas un ejemplo de lo que llega a la bandeja de entrada de mis suscriptores.
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No puede entenderse una de las mayores historias de superación en el deporte sin la figura de Cus d’Amato.
Cómo un entrenador de boxeo prácticamente retirado supo ver, en menos de diez minutos, que un chaval de trece años iba a ser el campeón del mundo, es algo que ya forma parte de la leyenda.
Si eres como yo y te fascina, no sólo una historia como esta, sino aprender de personas con una mentalidad fuera de lo común, te invito a que leas (y te enganches como yo) el libro Iron Ambition: My Life with Cus D’Amato.
Deja que desarrolle una de las ideas que más me ha chocado y dado pensar:
La mayoría de los que van de pro están haciendo el ridículo.
Para entender el punto de vista del mítico entrenador, te dejo el fragmento de una conversación que tuvo con Muhammad Ali:
ALI: Estamos hablando de diferentes boxeadores y dices que Floyd Patterson era un profesional. ¿No es cualquiera que trabaje por un salario o que haga dinero boxeando, un profesional?
CUS: Bueno, podría ser considerado profesional pero yo no lo creo así. […]
Yo creo que una persona es profesional cuando se obliga a sí misma a hacer lo que es necesario hacer para conseguir el objetivo que se ha marcado, en el boxeo o en cualquier otro campo.
Si voy a pelear contigo y estoy atemorizado, siempre y cuando tenga la disciplina para hacer lo que mi inteligencia, mi experiencia y mi entrenamiento me han enseñado para poder derrotarte, independientemente de cómo me sienta, te venceré si en realidad soy capaz de hacerlo. Esto requiere disciplina y el tipo de disciplina que acabo de describir es lo que hace a un profesional.
Mientras un hombre sea capaz de hacer lo que se necesita, independientemente de cómo se sienta, ese hombre será un profesional sea cual sea su campo.
Una vez se convierte en profesional, se requiere cierta cantidad de experiencia para conocer las diferentes facetas del deporte o competición en la que se encuentre, en este caso el boxeo. Bien, una vez adquirida, entonces debe ser lo suficiente profesional, en otras palabras, debe tener la disciplina para aplicar estas cosas del modo necesario para conseguir los resultados que quiere.
Iron Ambition: My Life with Cus D’Amato (traducción propia)
Como ves, ser profesional no tiene que ver con cobrar un salario, tanto si este es de seis cifras o si es el patrocinio de una marca de calcetines.
Por si aún no te has dado cuenta, estás practicando uno de los deportes más injustos del mundo; a la cima de los deportes de resistencia sólo llegan quienes ya nacieron con ciertas capacidades.
Esto no quita que puedas conseguir objetivos ambiciosos pero tal y como acabas de ver, para ello deberás hacer lo que debe hacerse, te guste o no.
Sueñas con ganar el triatlón del pueblo pero jamás te habías planteado que, incluso para una meta así de modesta, deberás poner en segundo plano a tu familia, amigos, dinero, salud, etc.
Imagina pertenecer a la élite o ser el número uno.
Cuando algunos ven qué es lo debe hacerse (y dejar de hacerse) para serlo, empiezan a aparecer las excusas.
Probablemente pienses que todos estos sacrificios no garantizan nada y estás en lo cierto.
Lo único que garantizan es que jamás quedará en ti ese pensamiento de “qué hubiera pasado si” y el saber que, de verdad, hiciste todo lo que estuvo en tu mano.
La palabra clave ya no es creo tanto profesional, sino disciplina. Además, cuando haces lo que debes cuando no tienes ganas, una vez terminas te sientes mucho mejor y ganas puntos motivacionales para seguir siendo disciplinado. Muy buen artículo
Aunque en este artículo me centro en la parte del sacrificio que supone conseguir las metas, tienes razón en que la disciplina es una (gran) parte de esa ecuación.
Como dijo Cus d’Amato (aunque se le atribuye erróneamente a Mike Tyson): «Disciplina es hacer lo que odias como si lo amases».