Si has sido un chico malo, este correo te interesa.

Te contaré el aprendizaje que saqué de un relato sobre la prisión y que puedes aplicar en el día a día de tu entrenamiento.

Puede que te joda lo que estás a punto de leer, luego lo entenderás.

Pensar está infravalorado

Antes que nada y por si te interesa, el relato se titula The Shawshank Redemption y si, es en el que se basaron para hacer la película.

En mi opinión mejor el relato original que la película, pero no tienes por qué creerme, si puedes léelo y juzga por ti mismo.

Si no has hecho ni una cosa ni otra, sigue leyendo este correo bajo tu responsabilidad, por los spoilers y eso.

Bueno, vamos al lío, tanto si estás entre rejas como si quieres llegar lejos practicando deportes de resistencia, coge papel y boli.

El caso es que el protagonista del relato se termina fugando de la cárcel.

Estarás imaginándote lo típico, saltando la valla en medio de la noche con los policías perros (¿o perros policía?) persiguiéndole, etc. etc.

Pues no.

El tipo se va por un túnel que cava él solito.

El susodicho agujero no está, por motivos obvios, excavado en medio del patio sino dentro de la celda del preso.

Las celdas no están hechas de paja ni de cartón sino de hormigón. Por motivos obvios también.

Entonces, ¿el tipo hace un agujero en el hormigón?

Si.

Como imaginarás no contrata una cuadrilla de albañiles ni se pasa el día picando piedra a la vista de otros presos y guardias.

No quiero contarte más porque sería chafarte mucho el libro pero te diré el detalle con el que quiero que te quedes: tarda 27 años en hacer el agujero en el hormigón.

Y lo que es mejor, cuando decide usar el túnel para escapar, no sabe dónde está exactamente la salida.

Podría haber una reja o estar en medio de la sala de los guardias y aun así decide aventurarse.

Ahora estarás preguntándote qué puedes sacar de todo estop si por ejemplo estás preparando un maratón, un ironman o aspiras a ser profesional en el ciclismo.

Muy fácil.

Tres claves: proceso, paciencia e incertidumbre.

Te hablaré de la primera, que esto está quedando un poco largo y en breve te cuento sobre las otras dos.

Al igual que nuestro prófugo favorito, si pretendes llegar a algo o conseguir unos objetivos mínimamente ambiciosos para ti, debes saber que se trata de un proceso largo.

Ya se está viendo en algunos estudios que, en este tipo de deportes, el volumen de entrenamiento es, en la mayoría de casos, determinante.

Más es más.

Y te aviso de que uno no puede pasarse 10 años en el sofá comiendo Cheetos y al día siguiente hacer una semana de 100 kilometros corriendo o 20.000 al año pedaleando.

La progresión en tu volumen de entrenamiento no es cosa de dos días.

Posiblemente no haga falta emplear 27 años de tu vida entrenando para poder correr un maratón, puede que sean 7, 10 o 15.

Por eso decía que quizá esto te joda.

Si eres de los que buscan atajos, hay malas noticias para tí: no los hay.

Así que la próxima vez que te plantees un objetivo recuerda a nuestro amigo del relato: Pica un poco de piedra todos los días con paciencia y con el tiempo llegarán los resultados.

Si no sabes por dónde empezar o te encuentras atascado puedes enviarme un mensaje y hablamos sobre tu entrenamiento.

Si prefieres que contacte contigo vía WhatsApp puedes dejar aquí tu número de teléfono (recuerda incluir el prefijo de tu país):

Empezar ya mismo a entrenar como toca y ser capaz de mantenerlo durante el tiempo suficiente da resultados.

Tan cierto como que cualquiera dentro de la cárcel te dirá que es inocente.

¿No me crées? Escríbeme ahí abajo, en comentarios, y lo discutimos.

Y antes de irte, llévate esto

– Para conseguir objetivos ambiciosos en cualquier deporte de resistencia se requiere de un proceso muy largo.

– Las prisas, forzar la máquina o quemar etapas demasiado rápido tienen un riesgo que no merece la pena.

– Aumentar el volumen de entrenamiento siempre renta, pero cuidado porque también esto requiere de un proceso.