En mi pequeño mundo soy el rey, el patrón, el kaiser, el padrino, el jefe, el sheriff del condado, el p*to líder supremo y aun así hay quien se atreve a desobedecerme en los entrenamientos que le planifico.
¿Quieres saber cuál es el castigo?
Sigue leyendo.
Aquí hay dos extremos, dos polos opuestos:
Tolerancia cero – Korea del norte
Barra libre – After en Ibiza
Hay entrenadores que no permiten ningún tipo de modificación en sus entrenamientos: si los intervalos son a 276 vatios, no oses hacerlos a 278 o estas fuera.
Yo a esto lo llamo el síndrome del enano cabr*n.
Si os apetece lo hablamos otro día…
Hay otros a quienes se la suda lo que hagas (mientras le pagues).
Algo así como un buffet chino abierto a las 3 de la mañana: Todo ok mientras no robes toda la cubertería o mees en la sopa.
Este es un tema al que nos enfrentamos los entrenadores a diario: cumplir a rajatabla, pasar del tema, hacer de más, hacer de menos…
Y hay consecuencias… al fin y al cabo es una variación del plan que tanto (o no tanto) nos ha costado elaborar.
¿En qué punto estoy yo?
Te contaré un caso real:
Por si no entiendes el bello idioma de la paella, los petardos y la cazalla, te lo traduzco:
«¡No te enfades! Llevo los entrenamientos al día y vi esto y he decidido probar a ver. Jamas creí que podría hacer este ritmo 😁😁. ¡Gracias por el planning!»
«Es la de las fallas»
Y te pongo en contexto:
Un corredor que entreno me cuenta que se ha plantado en la salida de una carrera de 5k (la de las fallas) y por lo visto la ha corrido a muerte.
Tipo listo.
Me lo cuenta después de hacerlo.
Sabía que mi respuesta era «no» si me preguntaba.
¿Por qué debería enfadarme?
Bueno, el motivo principal es que estamos a 8 semanas del maratón de València (no, no es el maratón de las fallas) y ha hecho una carrera que no pinta nada en la planificación, con todo lo que ello conlleva.
¿Quieres saber cómo reaccioné?
Te lo cuento en el próximo correo, que este queda muy largo y con el móvil en la mano sé que ya estas desconectando y te quieres ir a Instagram a ver culos, mentiras y bicis que jamás podrás comprar.
Mientras tanto, si quieres entrenar conmigo, puedes apuntarte mi lista de espera y en cuanto tenga un hueco te llamo (palabra del patrón).
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