No soy una persona religiosa pero confieso que hay un santo al que he estado tentado de rezarle muchas veces.

Yo creía que Judas era uno que se parecía al de la foto de abajo, pero luego descubrí que fue el tipo que (spoiler) traicionó a Jesucristo y por eso mismo fue santificado.

San Judas.

El patrón de las causas perdidas o imposibles.

Te preguntarás de qué va todo esto.

No, no me he convertido en el Doctor Biblia.

Hoy quiero hablarte de una de las conclusiones a la que he llegado después de pensar durante 2 semanas (no soy de pensamiento rápido).

Pero primero te contaré una historia (verídica):

Va sobre el triatleta más malo que conozco.

Había una vez un tipo (bueno, creo que aun sigue por ahí) al que yo catalogaría como el peor triatleta del mundo.

No es que fuera mala persona.

Es que era de los malos, de los lentos.

Tampoco era el más lento.

Aun así, para mi, el peor.

¿Por qué?

Es como ves a una persona que no te gusta pero no sabes decir el por qué.

Por nada en particular, por todo en general.

Este tipo del que te hablo, además de lento, era un fanfarrón.

¿Fanfarroneaba de lo malo que era?

No, fanfarroneaba de cómo iba a ganarte en la próxima carrera (cosa que nunca ocurría).

La cosa era ya de risa.

Para todos menos para él.

Así que la cosa fue a más (quizá estos comportamientos te suenen) y empezó a caer en un pozo sin fondo:

Empezó a gastar MUCHO dinero en material (creyendo que esto le haría más rápido).

Empezó a entrenar sólo y a controlar sus números de un modo obsesivo (creyendo que ahí encontraría la respuesta para ser más rápido).

Cambió varias veces de club y de compañías (creyendo que juntarse con gente rápida le haría más rápido).

Cada temporada tenía un entrenador nuevo (creyendo que este entrenador le transformaría en alguien rápido).

Y un largo etcétera.

Lo último que supe de él es que había cambiado todo, pero no cambió nada, seguía siendo muy malo.

Moraleja de la historia: las causas perdidas o imposibles están bien para una película o algo así pero en la vida real, salvo milagros ft. San Judas, vale la pena soltarlas (al menos hasta encontrar una solución real) y dedicarse a otra cosa.

Es por eso que he cancelado mi suscripción de Instagram.

Quizá no supe dar a la gente lo que querían.

Quizá la gente no entra a Instagram a ver vídeos largos sobre entrenamiento y entran a ver bicicletas, culos y memes.

Quizá no supe venderlo bien.

Quizá no soy suficientemente guapo o simpático.

Sea por lo que sea, la cosa no funcionaba y lo que es peor (te lo dice alguien que pensaba que vivir de ser entrenador era una causa perdida) no veía cómo solucionarlo.

Así que adiós.

A tomar por c*** la suscripción de pago.

La de instagram.

La de mi newsletter (gratuita) sigue y seguirá en activo (aunque vas a ver algunos cambios por aquí).

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Quizá haga una membresía en un futuro.

Eso si, tengo claro que no será en Instagram.

Los motivos ya te los contaré otro día.

De momento puedes apuntarte a mi lista de espera si quieres entrenar conmigo.

También puedes quedarte por aquí para enterarte de los planes de entrenamiento que voy a lanzar y que son mucho mejores que los que te descargas de internet o compras a algún entrenador influencer.

*y antes que escribas nada en comentarios. Cuando mandé este correo alguna gente me explicó que San Judas no es el mismo que traicionó a Jesús. Ya avisé en las primeras lineas que no soy religioso.